EROS Y TÁNATOS

Se acaba la Semana Santa, paréntesis vacacional nacido de la tradición religiosa y convertido hoy por la gran mayoría en ocasión de huida o en oportunidad de negocio. Así son las cosas. Al margen de la fe o del arraigo a la tradición de cada cual, creyentes, agnósticos o ateos, nadie reniega de esta bendita semana que a casi  todos viene bien. No existe polémica sobre el nombre; no se plantea siquiera, no vaya a ser que con el debate se abra una vía de agua que acabe dando al traste con tan excelente ocasión.

1.DISFRUTANDO MENORCADSC_0047Este año la casualidad, aliada con el Imserso, ha querido que mi esposa y yo disfrutemos por unos días la tranquilidad y los encantos de Menorca. En esta pequeña isla balear nos encontramos, y aquí, en la terraza del hotel Calan Bosh, con el brillo de la mañana reflejado en la pantalla de mi ordenador y el2.EROS Y TÁNATOS rumor del oleaje acariciándome los oídos, nace mi reflexión: Eros y Tánatos, el permanente esfuerzo por la vida, desde la simple subsistencia al disfrute ocasional, y la ineludible presencia de la muerte, agazapada tras las hojas del calendario y asomando inoportuna cuando menos se la espera.

3.TRAGEDIA EN LOS ALPESEn estos días, sin ir más lejos, dos tremendas sacudidas: ciento cincuenta víctimas que se daban de bruces -se nos permitirá la expresión, pero resulta de lo más exacto- con la muerte. Tanto da si falló la aeronáutica o si, como parece, el colapso se dio en la mente de un pobre infeliz. Y sólo unos días después, en Kenia, igual número de vidas jóvenes 4.MASACRE EN KENIAsegadas por la guadaña de la muerte colocada en las manos de fanáticos fundamentalistas. Dos golpes que sobrecogen, pero que no dejan de ser dos ocasiones más en la permanente ruleta en la que todos jugamos y que más pronto que tarde acabará por señalarnos.

Viajeros impenitentes -tanto más cuantos menos pasajes nos quedan por gastar- hemos recorrido esta isla, llena de encantos. Ciudadela y Mahón, dos ciudades costeras que ensartan, en la carretera que las une, pueblos de interior: Ferreríes, Es Mercadal, Alaior… Y en todo el perímetro, decenas de pintorescas calas de aguas y arenas limpias, cubiertas de ligeras posidonias. Cala Morell, cala Pregonda, playa 5.BELLEZA DE LAS CALASCaballería, Fornells, cap Roig, sa Mesquida, cala Galdana, cala Mitjana, calas Coves, Binibeca… Por toda la isla, bosques de pinos y acebuches entre cientos de especies vegetales animadas por el graznar de las gaviotas y el canto de las aves que buscan cobijo en el calor de la fronda.

Mientras escribo estas líneas, una gaviota acaba de pasar a mi lado. Casi me roza con su vuelo y hemos cruzado un leve saludo que me ha llenado el alma.

La vida, como digo, está presente en estos lares. Y aquí y allá, salpicadas por toda la isla, 6.2.POBLADOS TALAIOTICOSen  constante recordatorio, el mensaje de lo que también forma parte de aquella: la muerte. Son cerca de trescientos los lugares en que, a lo ancho y largo de Menorca se hallan vestigios de cultura prehistórica. En su mayor parte, asentamientos y poblados talaióticos de entre tres y cuatro mil años de antigüedad: Tudons, 6. POBLADOS TALAIOTICOSTorretrencat, Torralba, Dalt, Torre d’en Gaumés… Y en ellos, prácticamente sin excepción, la presencia de necrópolis o monumentos funerarios: cuevas o navetas que prometieron a sus moradores el reposo que salteadores de tumbas, doctos arqueólogos o pretendida cultura museística no han sabido respetar.

La misma emoción que sentimos en su día al penetrar en las moradas prehistóricas de 7.EN EL INTERIOR DE LA NAVETAMenga o del Romeral, en tierra antequerana, y que sobrecogió nuestro ánimo al adentrarnos en el interior de la pirámide Roja, en nuestra visita a Egipto, hemos sentido al introducirnos en las cuevas de Morell o al entrar –no se lo contéis a nadie- en las navetas de Rafal Rubí. Y es que la piedra, al tiempo que ennegrece con los siglos, arroja mayor claridad sobre la fragilidad de la vida y lo absurdo de cualquier engreimiento.

3c77ee186d[1]En el centro de Menorca, como un pellizco, el único accidente montañoso de alguna consideración: Monte Toro. Y en su cumbre, certificando el afán de trascendencia de la isla, en su intento de elevarse hacia el cielo, el santuario de la patrona, la Virgen del Toro.

Vida, muerte y perentoria necesidad de trascendencia. En cada asentamiento talaiótico, el DSC_0021correspondiente santuario, el recinto de taula, con este megalítico símbolo siempre presente: la verticalidad que mira a lo alto y la horizontalidad que recuerda el suelo que habitamos. 9. TAULASueño y realidad, resignación y esperanza. El mismo afán de trascendencia que nos lleva a reconocer pueblos y ciudades por el templo que se alza en su centro: minarete o campanario, espadañas o torres, medias lunas o cruces, iglesias o mezquitas.

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Se cruza en tu camino, se agazapa a tu espalda,

te envuelve como sombra, te sigue, te acompaña.

No sirve que la ignores o trates de olvidarla;

la muerte está presente -molesta compañía o compañera grata,

según que a quien la advierte le asuste lo que ignora o viva de esperanza.

………….

Es parte de tu vida, y cada madrugada

despierta con tus sueños; es luz en la mañana,

o tiniebla en la noche que sus brillos apaga

y oculta su presencia para evitar tus ansias

y permitir que puedas vivir y amar en calma.

…………..

Trascender el misterio es difícil tarea que el humano pretende:

conocer dónde empieza una vida futura, pues la que le fue dada

es breve, intrascendente, y a menudo concede menos risas que lágrimas.

…………..

Por ahora, vivir intensamente importa, buscar felicidad, hallarla y disfrutarla.

Es Eros quien la ofrece; encuéntrala y disfruta mientras puedas guardarla.

…………..10.VIDA Y MUERTE

Mas Tánatos está, no lo olvides, muy cerca.

Alza al cielo los ojos, ten el alma despierta;

y si miras al suelo, mantente siempre alerta.

 

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